VIVENCIAS DE UNA BOLILLERA
Hace tiempo que en el pueblo,según pude yo saber,que unas clases de bolillos, se estaban dando
¡Que bien!Como me gustó la idea allá que fui y me apunté, pero nunca yo pensaba que lo pasara tan bien. Y ya desde el primer día solo amigas encontré, pues tanto compañerismo jamás yo me imaginé. Tampoco me imaginaba que tanto me cautivara, y que una simple labor de esta forma me atrapara. Hace días vino a casa mi mejor amiga, Inés, y como es de confianza con ella me sinceré:
- Voy a contarte un secreto, siéntate y escúchame:
- ¡Soy infiel a mi marido!
- ¡No es posible! ¡no me digas!, ¡No me lo puedo creer!
- ¿Es acaso el butanero?- ¿O el fontanero , tal vez?
- ¡ No digas majaderías!
- Pues entonces,¿quién es él?
- ¡El bolillero, mujer! No sé qué magia que tiene, y que garra, y que poder,que muchas cosas de casame las dejo sin hacer.
Cuando mi marido llega y allí sentada me ve,un poco mosca pregunta:- ¿como tú haciendo bolillos, y la casa sin barrer?
- Sólo subía el encaje, y así ya lo tengo a punto para después de comer.Y buscando mil excusas me quiero justificar, así que al abrir la puerta
y oigo sus pasos llegar, ¡me va a pillar "in fraganti"!es lo que suelo exclamar.
Y cogiendo el bolillero de prisa, y en un instante,
lo coloco en el armario, como si fuera un amante. Ayer mismo muy airado, me increpó diciéndome:- ¿Pero aquí que es lo que pasa?, si un botón en la camisa le falta ya más de un mes!¡Ay dios mío!
¡Que tormento!no me deja respirar,¿Porqué no se irá este hombre lo menos a Patagonia pa’ una buena temporá? Por la noche cuando llega la hora de descansar,¿Vienes a dormir, cariño? él me suele preguntar.
Y yo fingiendo trabajo, así suelo contestar:- Ve tú delante, ya iré, pues cosas en la cocina aún tengo que recoger.Y al comprobar que ya duerme, despacito y con sigilo, saco el cuerpo del delito,con su agradable ruidito voy moviendo los palitos hasta después de las tres.Con razón nuestra maestra al comprobar el trabajo ve tan de prisa crecer, que acostumbra a preguntarnos:
¡Que bien!Como me gustó la idea allá que fui y me apunté, pero nunca yo pensaba que lo pasara tan bien. Y ya desde el primer día solo amigas encontré, pues tanto compañerismo jamás yo me imaginé. Tampoco me imaginaba que tanto me cautivara, y que una simple labor de esta forma me atrapara. Hace días vino a casa mi mejor amiga, Inés, y como es de confianza con ella me sinceré:
- Voy a contarte un secreto, siéntate y escúchame:
- ¡Soy infiel a mi marido!
- ¡No es posible! ¡no me digas!, ¡No me lo puedo creer!
- ¿Es acaso el butanero?- ¿O el fontanero , tal vez?
- ¡ No digas majaderías!
- Pues entonces,¿quién es él?
- ¡El bolillero, mujer! No sé qué magia que tiene, y que garra, y que poder,que muchas cosas de casame las dejo sin hacer.
Cuando mi marido llega y allí sentada me ve,un poco mosca pregunta:- ¿como tú haciendo bolillos, y la casa sin barrer?
- Sólo subía el encaje, y así ya lo tengo a punto para después de comer.Y buscando mil excusas me quiero justificar, así que al abrir la puerta
y oigo sus pasos llegar, ¡me va a pillar "in fraganti"!es lo que suelo exclamar.
Y cogiendo el bolillero de prisa, y en un instante,
lo coloco en el armario, como si fuera un amante. Ayer mismo muy airado, me increpó diciéndome:- ¿Pero aquí que es lo que pasa?, si un botón en la camisa le falta ya más de un mes!¡Ay dios mío!
¡Que tormento!no me deja respirar,¿Porqué no se irá este hombre lo menos a Patagonia pa’ una buena temporá? Por la noche cuando llega la hora de descansar,¿Vienes a dormir, cariño? él me suele preguntar.
Y yo fingiendo trabajo, así suelo contestar:- Ve tú delante, ya iré, pues cosas en la cocina aún tengo que recoger.Y al comprobar que ya duerme, despacito y con sigilo, saco el cuerpo del delito,con su agradable ruidito voy moviendo los palitos hasta después de las tres.Con razón nuestra maestra al comprobar el trabajo ve tan de prisa crecer, que acostumbra a preguntarnos:
- ¿Es que no dormís, o que?
- Y empiezo un encaje nuevo,- y sigo pensando en él,- ¡Que bonito va a quedarme!- ¡Un buen marco le pondré! Pues bien, ya sabes mi historia,mi querida amiga Inés.¡Ven tu también con nosotras y lo pasaras muy bien!
Y a todas las que se aburren, yo las quisiera invitar,¡que se vengan con nosotras!¡verán lo que es disfrutar!
Pues gozarán de viajes allí donde encuentros hay, harán muchas amistades y depresiones no habrá.
- Y empiezo un encaje nuevo,- y sigo pensando en él,- ¡Que bonito va a quedarme!- ¡Un buen marco le pondré! Pues bien, ya sabes mi historia,mi querida amiga Inés.¡Ven tu también con nosotras y lo pasaras muy bien!
Y a todas las que se aburren, yo las quisiera invitar,¡que se vengan con nosotras!¡verán lo que es disfrutar!
Pues gozarán de viajes allí donde encuentros hay, harán muchas amistades y depresiones no habrá.
En honor a Isabel!!!!!
ResponderEliminarGracias Sandra. Me retrotrae a nuestros primeros tiempos.
ResponderEliminar